viernes, 19 de abril de 2013

Me mojo: Por qué no veo bien el aumento de la edad pediátrica



El Ministerio de Sanidad elabora un plan de la infancia y la adolescencia 2013-2016 en el que se destaca que "aumentará la edad pediátrica a 18 años en la atención en unidades hospitalarias". Las sociedades de médicos de familia lo consideran un error porque puede obviar el contexto familiar y social del joven y porque en sistemas sanitarios similares hasta el niño es atendido por el médico de familia. Y la aeped se desmarca, pero poco, reivindicando más pediatras para atender a esa población.



Como médico de familia que atiende (y creo que resolviendo bien) a niños en las urgencias del centro de salud -y de mi casa-, que los atendía (y creo que resolviendo bien) a niños en las urgencias del hospital durante mi formación MIR, y que he pasado consultas de pediatría en AP (y creo que resolviendo bien)...opino que lo más apropiado es volver a establecer el límite del paso de Pediatría a Medicina de Familia en los 7 años.

Aquella ampliación de los 7 a los 14 sucedió entre el año 88 y 93 (ver RD 1575/1993 , Decreto 252/1988 BOPV). Las malas lenguas argumentan exceso de pediatras y disminución brusca de niños en los 80 (ver gráfica1). Llama la atención que en 1993 en el INSALUD se establecía "de 7 a 14 años, se elegirá entre ped y mg". Y que en muchos servicios autonómicos sigue vigente dicho articulado.

Gráfica1. Evolución de la natalidad y mortalidad española. INE.

Ahora, con una nueva crisis y disminución de contrataciones (la natalidad es baja pero estable en la última década), vuelven a sonar los tambores.

Se dice que es una reivindicación desde hace años, que la Sociedad del Adolescente está en ello desde hace 25, que los padres de niños con enfermedades graves en seguimiento hospitalario lo demandan...todo cierto. También que hay que garantizar la continuidad, que el adolescente está más cómodo y seguro fuera del entorno de adultos, que en pediatría tiene mayor confidencialidad, que no va al médico por los motivos citados...esto ya es criticable.

Establecer la edad pediátrica hospitalaria en los 18 años es abrir la puerta a que también lo sea en AP. Sí, es un motivo laboral, no seamos cínicos, no lo vendamos con la etiqueta de "es por los niños"; Es minusvalorar el trabajo, conocimientos, el trato y la organización de especialistas y otros sanitarios hospitalarios y extrahospitalarios; es seguir agarrando al chaval por el cordón umbilical.

"Es que es sólo para niños con enfermedades graves que son atendidos en el hospital". Aun no he visto protocolos complejos que sean cumplidos. Desde Urgencias ingresarán en Pediatría o Medicina Interna según la edad, no según su historial o patología aguda. 

Y qué creen, ¿que va a aumentar la plantilla de pediatras hospitalarios? es una hipótesis, dado que muchos pediatras reniegan del trabajo en AP (siempre que no estén en paro, claro). Pero si aumentando a 14 años en todos los ámbitos, la tasa de especialistas en Pediatría en AP no pasa del 70% (y eso sin contar el medio rural y las urgencias extrahospitalarias, donde su presencia se acerca al 0%) ¿creen que aumentando más la población a atender sí lo hará? Nótese que si no hubiera aumentado la edad de 7 a 14 años, con los especialistas en Pediatría disponibles posiblemente se atendería al 100% de su población objetivo y nadie alarmaría con mensajes de intrusismo ni de riesgos para la salud.

Bien mirado, si todos los pediatras encuentran trabajo en el hospital (si se cumple la hipótesis anterior), su presencia en AP disminuirá aún más, la tasa de médicos de familia atendiendo consultas pediátricas aumentará aun más y finalmente el niño será atendido por el médico de familia de toda su familia. Como era antes y como es en comunidades pequeñas. Sin cortes en la continuidad, con abordaje global y comunitario. Y muy importante: sin que los niños desfallezcan por las calles.

Acabo con una frivolidad: no me imagino la escena de una joven de 17 años, con un bebé en brazos para el que también tiene cita, siendo auscultada con un fonendo pediátrico y rodeada de posters de Winnie The Pooh.


Todo dicho con el máximo respeto a los compañeros pediatras, sus conocimientos y su labor, entre los que cuento con grandes amigos dentro y fuera del hospital y que comulgan con estas mismas opiniones. Que la política no empañe la profesionalidad.